Casa meyer

Mandante: Luis Rosenberg

Dirección: Avda. Bernardo Philippi 1465 .

Año de Construcción: 1945



Sistema constructivo:

Inmueble categorizado por el Consejo de Monumentos Nacionales de “valor ambiental” descrito de la siguiente manera por el CMN: “Aquel cuyo tratamiento de fachada constituye un apoyo formal y volumétrico a la unidad de conjunto. Estos inmuebles podrán ser objeto de mayores modificaciones sólo si ésta contribuye a aumentar el valor ambiental de la zona”.

Esta casa tiene la particularidad de incorporar un sistema constructivo mixto de hormigón armado para el primer nivel y tabiquería de madera para el segundo nivel, con pilares, vigas y diagonales, unidos con clavos. El cimiento y sobrecimiento están ejecutados con fundaciones corridas de hormigón armado. Destaca la composición del revestimiento utilizando en la mitad superior tejuelas y en la mitad inferior el hormigón a la vista. Se alcanzan a distinguir los pilares del primer nivel sobresaliendo de la fachada.

Esta vivienda corresponde al estilo formal llamado “cuarta generación”, tipología que rescata el estilo neoclásico pero incorpora otros elementos y materialidades. De volumen sencillo con un ala principal longitudinal y paralelo al eje de la calle, incorpora un mirador-lucarna para las habitaciones en el segundo nivel dispuesto de manera perpendicular al ala central y sobresaliendo de la techumbre. Esta incorpora dos faldones truncados que son planos que cortan la cubierta de dos aguas (estos elementos corresponden a características del conjunto de Zona Típica).

El inmueble alcanza los 7 metros de alto y tiene una distribución en planta del tipo eje central desde el cual se distribuyen los recintos de la casa.

Reseña, entorno y usos:

A principios del siglo XX en el sitio de este inmueble (cercano a la salida sur de Frutillar, por camino Totoral o Punta Larga) se encontraba la Central de Electricidad que se alimentaba de la vertiente que baja de la quebrada, y otorgaba luz a la ciudad. Luis Rosenberg, mandante y constructor de este inmueble, era funcionario de la planta de electricidad y compró el terreno cuando ésta se declaró en bancarrota, en los años 1930.

Para la construcción, se conservó el radier de concreto y se realizó la tabiquería de madera en el aserradero familiar, ubicado en Punta Larga. Desde ahí el material se trasladaba en vapor hasta el “muelle Richter” (frente a la actual Casa Richter), y era llevado en yunta de bueyes hasta su actual ubicación, donde se levantó la vivienda.

Don Luis y su esposa, Edith Wetzel, eran descendientes de colonos germanos y tuvieron una hija, Marlis recientemente fallecida. En ese tiempo la costumbre era que tanto en el colegio como en la casa se hablaba alemán, y la formación en canciones, cuentos y juegos de ese origen era lo habitual. A la escuela asistía, una vez al año, una inspectora de Puerto Montt quien validaba los aprendizajes de los estudiantes lo que generaba una rivalidad entre los distintos centros educativos.

La casa es muy amplia para los cánones actuales, lo que resulta curioso ya que la familia Rosenberg Wetzel era muy pequeña. Sin embargo, esto se explica ya que la vida social se realizaba en el hogar y se recibía por temporadas (hasta meses en algunas ocasiones) a la familia extendida; además de la celebración de nacimientos, bautizos, matrimonios y velorios. Junto a lo anterior, se contaba con un cuarto de lavandería, uno de costura e incluso doña Edith Wetzel, fotógrafa amateur, contaba con su propio cuarto oscuro bajo las escaleras.

La vida estaba marcada por las estaciones y los ciclos agrícolas y en el hogar se producía el vestuario, se descremaba la leche (la familia contaba con vacas propias en el sitio) y se hacía la mantequilla. Al no existir refrigeradores, la carne era conservada en grasa y los huevos, en agua con sal.

Doña Edith, al enviudar, se fue a vivir al segundo piso, para aprovechar de arrendar el primero. El inmueble se mantiene hasta hoy en su uso original de vivienda.