● Sistema constructivo:

Pese a ser un establecimiento existente desde los inicios de la comuna, pocos documentos dan cuenta de la construcción original del Instituto Alemán. Ésta tenía una estructura de tabiquería en madera revestida con tinglado horizontal en dos plantas. Tras el incendio del kínder y pre kínder en el año 2017, se inauguró una moderna remodelación realizada en estructura de vulco-metal con revestimiento de Siding de fibrocemento en color gris perla. Lo que se mantuvo fue la altura original mediana que no rompe con la escala urbana además de mantener un ritmo en la modulación de la fachada homogénea.

● Reseña, entorno y usos:

Para los colonos arribados a la zona, la educación de sus hijos fue un tema fundamental ya que buscaban mantener las tradiciones de su cultura, arraigadas principalmente en la música, la religión y el idioma alemán.

Las clases en un inicio se realizaban de manera intermitente, a través de lecciones de lectura y canto efectuadas en las mismas casas de los vecinos. En 1859 se comenzó la creación de una escuela itinerante financiada por el estado chileno, que se había comprometido a brindar educación gratuita a los colonos. Quien asumía como profesor de la época, debía recorrer Frutillar, Playa Maitén y Totoral.

El año 1863 la escuela comenzó a funcionar entre los meses de marzo a julio, y en 1888 llegó el profesor alemán Jacob Junginger a hacerse cargo de la Escuela Pública. Debido a las diferencias ideológicas entre el estado y la comunidad alemana, se construyó, en el año 1906, el Instituto Alemán de Frutillar llamada (Deutsche Schule) en terrenos que fueron donados por Bernardo Richter y con materiales donados por los mismos vecinos. Contaba en un principio con 50 alumnos a cargo del profesor Junginger y sus ayudantes.

En la actualidad, no tiene casi ningún elemento de su construcción original (ver Sistema Constructivo) aunque se mantiene cumpliendo la labor educativa para la que se creó.

● Citas:

"El Instituto Alemán de Frutillar inicia sus actividades como Escuela Alemana de Frutillar el 6 de enero de 1906. La fundación del colegio es posible gracias a un generoso legado en dinero dejado como herencia por el próspero empresario y gestor del primer negocio en Frutillar, Carlos Richter Schultz, destinado expresamente para la construcción de un colegio alemán privado. Fue decisivo el apoyo del enviado del Imperio Alemán, Señor von Reichenau, quien instó a los colonos a llevar adelante este importante proyecto. Bernardo Richter Held regaló el terreno y los padres de familia donaron la madera, los materiales de construcción y la mano de obra. La nueva comunidad escolar eligió a Adolfo Richter Held como el primer Presidente del Directorio. Al mismo tiempo el multifacético profesor, Jakob Junginger, quien había sido contratado por iniciativa de los miembros del Club Alemán de Frutillar, renuncia a su cargo de docente en la Escuela Pública de Frutillar tras ocho años de intensa labor (1888 – 1905) para dedicarse por entero a la nueva institución de enseñanza.

En la placa de bronce que se encuentra en la entrada principal de nuestro colegio se les rinde un homenaje a los fundadores que quisieron dotar al pueblo de Frutillar de una institución de enseñanza que al mismo tiempo prolongara las raíces culturales de origen alemán de los habitantes establecidos en el lugar.

Es así, como el año 2003 el Instituto Alemán de Frutillar da un importantísimo paso en su desarrollo con la creación de la Enseñanza Media, confiando en que todas las posibilidades y talentos existen también aquí, en Frutillar.

Resulta emblemático, y a la vez histórico, que nuestra PRIMERA PROMOCIÓN DE IV MEDIO coincida con la conmemoración de los “100 AÑOS DE LA DS FRUTILLAR”.

En: https://www.dsfrutillar.cl/portal/historia/

"Por otro lado, y en vista de que la instrucción impartida por la escuela fiscal no satisfacía a la colonia, el profesor Junbinger propuso la fundación de una escuela alemana. El Instituto Alemán inició sus actividades en el 6 de enero de 1906. Los vecinos notables de la época en Frutillar se reunieron y acordaron fundar una escuela alemana. Disponían de una donación de $2.000 del recién fallecido Karl Richter y de un sitio de 40 x 100 m. donado por Bernardo Richter. Los padres de familia aportaron toda la madera, los materiales de construcción, y la mano de obra".