Casa Parroquial

Mandante: Parroquia de Puerto Varas.

Dirección: Avda. Bernardo Philippi 589.

Año de Construcción: 1939



Sistema constructivo:

Inmueble contiguo a la Iglesia, de tipo “chalet simple”, con estructura de madera revestida con tinglado de pino horizontal y tratamiento vertical en el área hastial. Tiene como elemento característico de zona típica “el mirador”, definido por Jorge Weil en su libro como un “elemento sobresaliente de la fachada, en uno o dos pisos con planta en forma de medio hexágono u octágono con ventanal envolvente que permite tener una vista panorámica del exterior, sin exponerse a las inclemencias del tiempo”. (WEIL Jorge. 2016. Pág. 153).

La techumbre posee faldones truncados y aguas con diferentes caídas. Aparecen elementos en su fachada principal como el baywindow. Además, posee dos plantas sobre estructura de madera con sistema de plataforma y tabiquería.

Reseña, entorno y usos:

La construcción de este inmueble está directamente asociada a la iglesia que se encuentra a su lado, siendo del mismo año y funcionando como casa parroquial hasta la actualidad.

La primera capilla de Frutillar se construyó a la llegada de los colonos en la zona de Quebrada Honda y la primera parroquia formal de la ciudad se encontraba en el lugar que ocupa hoy la casa parroquial. Su estilo era el mismo que el de la iglesia actual, pero en un tamaño más pequeño. Luego, con la construcción de la Iglesia de la Inmaculada Concepción, la antigua parroquia dio paso a este inmueble de tipo chalet, pero con elementos novedosos como su semi- torreón central.

El párroco de Frutillar dependía, en un principio, de los jesuitas ubicados en Puerto Montt y tenía a su cargo el apoyo espiritual de los fieles y llevar los sacramentos. Además de lo anterior, los jesuitas buscaron convertir a sus vecinos protestantes. Según fuentes orales, se asegura que la colonia católica de alemanas se encontraba a la subida desde Frutillar hasta Totoral, mientras los luteranos estaban ubicados en lo que se llama “Punta Larga”.

La casa parroquial cumple en la actualidad una doble función, como casa y vivienda del párroco, en el segundo piso y como feria artesanal en su primer nivel.

Citas:

"Cabe hacer notar que estaba fuera de toda tradición jesuita el asumir curatos en parroquias diocesanas, como hicieron en Puerto Montt, luego en Puerto Varas y demás capillas y parroquias que crearon junto al lago. Ello iba contra la ancestral tendencia ignaciana que consistía en mantenerse alejados de los obispos, pues en el siglo XVI, cuando la Compañía fue fundada, pesaba sobre la prelatura una carga de desprestigio que hacía al fundador San Ignacio mirarlos con poca estima. De hecho en los orígenes la desconfianza entre obispos y jesuitas era recíproca. Así, la expresión cura jesuita, resulta técnicamente un oxímoron en cualquier área geográfica, salvo en esta región, donde el Obispo de Ancud llegó a ser uno de los pocos con autoridad sobre miembros de la Compañía, tanto por las parroquias como por el Seminario Diocesano de Ancud, donde enseñaban.

Esta fórmula de trabajo tuvo éxito y siguió replicándose en otros puntos del país durante el siglo XX. Ello demostraba adaptación a nuevas realidades, así como altruismo para con las diócesis. Se ven, igualmente, forzados a compartir el ambiente social y cultural de la ciudad con miembros de la comunidad protestante, de creciente relevancia económica, y progresivo acercamiento al poder político, tal como sucedía cotidianamente en Alemania. De esa manera, jesuitas y sus adeptos se sitúan frente a la comunidad protestante como dos bloques ideológicos antagónicos. Ello no obsta a que se consolidará ya en el siglo XIX una sana convivencia de acuerdo a multiplicidad de registros oficiales y particulares, mal que agitadores periodísticos marcarán la agenda durante épocas acotadas con sus polémicas que aquí nos abocamos a estudiar. Conformase así una realidad que no es común a ninguna otra ciudad de Chile, constituyendo un modelo a escala de las problemáticas ideológicas de Alemania traspasadas a territorio chileno, lo cual corresponde al ambiente más propicio que puede haber para el debate religioso".

HERNÁNDEZ PAREDES, Ricardo. Anti-jesuitismo al sur del mundo. Las polémicas públicas en torno a la Compañía de Jesús en Puerto Montt, Chile (1859-1919). En: Revista de Historia Social y de las Mentalidades, Vol. 20, Nº 2 Jul.-Dic., 2016. Universidad de Santiago de Chile. Santiago de Chile. Pág. 189.

"La comunidad sureña hizo valiosas contribuciones a la fe, la educación, y la cultura, pese a lo cual no vivió una estadía siempre apacible y cómoda. Tuvo, por el contrario, una existencia que se enfrentaba a grandes dificultades que decían relación con un clima y una geografía hostiles, pero además, a un ambiente humano también cargado de rudeza, durísimos ataques plasmados principalmente en periódicos, que sus miembros sobrellevaron con estoicismo".

Ibid. Pág. 210.

"Volvió el P. Mellwig de su misión en Puerto Octay, Volcán y Frutillar, Quebrada Honda. Dice que los colonos alemanes se van perdiendo más y más por los vicios, la indiferencia y los matrimonios mixtos".

Historia Domus. Residencia de la Compañía de Jesús en Puerto Montt, Archivo de la Provincia Chilena de la Compañía de Jesús.

[APChCJ]. Vol. II, 7 de enero de 1886. En Dos bandos irreconciliables en sus odios i rivalidades: los católicos y luteranos, una historia de conflictos religiosos, políticos y culturales al interior de la comunidad alemana de Puerto Montt (1881-1891)*. Karl August F. Michael Barría. Este artículo fue desarrollado en el seminario de Licenciatura del Instituto de Historia UC La espacialidad en la historia y la historia en el espacio, de los profesores Ximena Illanes y Fernando Purcell.

“Elemento sobresaliente de la fachada, en uno o dos pisos con planta en forma de medio hexágono u octágono con ventanal envolvente que permite tener una vista panorámica del exterior, sin exponerse a las inclemencias del tiempo”.